"La anatomía de los omegas es más compleja que cualquier otra, más la de los omegas masculinos. Ya que ellos carecen de una vulva, solo hay una minoría que es la excepción y si tienen vulva.

La entrada a su útero se encuentra a no más de seis centímetros en su recto anal, se ha descubierto que su "lubricante" natural elimina cualquier tipo de bacteria que pueda existir en ese lugar, por lo cual hace que el coito sea seguro por completo.

Normalmente esa entrada al útero se abre cuando el omega está en celo, sin embargo, puede quedar en cinta en cualquier época del año, solo que será con menos efectividad que en el calor.

La durabilidad de los meses de los omegas en cinta es de ocho a nueve meses, para nacer las caderas del omegas que ensanchan, ha de aclarar que el cachorro de un omega masculino es ligeramente más pequeño que el de una beta u omega femenino.

Así que puede tener un parto normal y exitoso sin necesidad de..."

Jimin cerró el cuaderno que tenía en sus manos y miró hacia la nada, su cerebro estaba frito, no, estaba hecho cenizas y pronto de sus orejas iban a salir humo.

"Mamá, quiero ir a casa..."

La desesperación hizo que el omega se agarrara de su cabello y los revolviera con histeria.

¿¡Cómo se suponía que iba a parir!? ¡No quería parir! ¡Eso era imposible!

—Este mundo no es un sueño mágico, es una pesadilla infernal... —murmuró el omega mientras seguía mirando a la nada, todo el mundo estaba loco, ¡ese mundo era más que loco, estaba chiflado!

Jimin salió de sus pensamientos cuando escuchó la puerta ser tocada con suavidad, rápidamente alisó un poco su cabello y quitó su mueca de pánico.

—¿Alteza Jimin? Le traemos la comida que pidió —la puerta se abrió y Sunmi entró con un carrito que tenía sobre él unas cuantas bandejas tapadas—. Traté de traerle la comida lo más pronto posible, aún así Seonghwa se tomó su tiempo para hacerle algo delicioso y caliente.

Cuando la omega de cabellos naranjas se acercó al lado suyo y alzó las tapas de los platos Jimin casi deja caer su baba, una feliz comida olorosamente divina fue exhibida a sus ojos.

Había todo tipo de cosas, desde pollo hasta carne de cerdo, todo se veía tan delicioso y si pudiera llenaría todo su estómago con esa comida, pero lo mejor sería solo elegir un solo platillo y comerlo, pues no quería morir de un mal de barriga después.

—¿P-Puedes pasarme ese platillo de cerdo? —tenía un cierto olor parecido al Katsudon y hacía bastante que no comía uno de esos, ahora que lo pensaba. ¿Por qué no había pedido o cocinado él mismo un Katsudon antes?

Sunmi sonrió con cariño ante la petición del omega y le pasó con cuidado la comida, miró como comía alegremente disfrutando de cada bocado que se echaba en la boca, era tierno verlo así.

—Oí que alteza está esperando un cachorro, ¡me alegra tanto eso! Majestad Jungkook dijo que usted estaba muy feliz y él anda divulgando la noticia por todas partes —Jimin tuvo que pasar en claro un bocado que casi ni había masticado, tuvo que hacerlo para no atorarse y empezar a toser.

¿Cómo se suponía que iba a reaccionar a eso? Le seguía siendo algo imposible, sin embargo, todos lo trataban con normalidad y estaban tan felices.

No podía actuar como un loco, además no estaba seguro si se le permitía no tener al bebé si no lo quería, o si habían métodos de aborto en esa época.

¡Tampoco es como si lo fuera hacer de todas formas!, era un niño, una pequeña semilla que estaba creciendo en su supuesto "vientre", todos lo estaban deseando y no quería hacerle daño.

Una parte suya e interna se rehusaba por completo a la idea de desechar al pequeño que estaba dentro de su cuerpo. No sabía que era eso exactamente o si alguien más lo tenía, lo iba averiguar después, pero esa parte suya gritaba y arañaba en su cabeza cada vez que pensaba en algo negativo sobre el feto.

—¡Oh sí!, Kook se puso muy feliz cuando se enteró y a mí me tomó por sorpresa —con bastante sorpresa—. No pensé que podría suceder tan rápido.

El omega dijo tratando de sonar lo más emocionado posible, no quería que su miedo e histeria fueran visibles. Pareció haberlo logrado al ver que Sunmi solo seguía sonriendo en grande, Jimin trató de comer todo lo posible y cuando terminó le dio el plato a la omega, bebió un delicioso jugo para después ver como ella salía tranquilamente de la habitación.

Jimin se dejó caer nuevamente en la cama y miraba al techo con una expresión de póker, aún tenía que hallar una solución para su problema, tratar de sobrellevar lo que estaba pasando, aunque para él era imposible y no iba de acuerdo a sus leyes naturales para ese mundo si era natural.

—Ya no quiero pensar más... —murmuró bajito y miró hacia las puertas del balcón notando la suave luz del sol que entraba, al parecer se estaba haciendo tarde, estaba cansado mentalmente y dormir no sonaba mal.

Quería que su mente se pusiera en blanco y no llenarse de inseguridades que lo harían estresarse. Cerró los ojos buscando una posición cómoda y suspiró de alivio, dejó que el sueño lo envolviera y lo llevara a su país.

✧✦✧

Jungkook caminaba de vuelta a su habitación con el pecho inflado de orgullo, ¿quién no lo estaría?, ese día había recibido una de las noticias más importantes y especiales de su vida.

Al ir por los pasillos pudo notar una cabellera negra y pequeña que se escondió en una esquina, eso no había pasado desapercibido por sus reflejos. Jungkook se acercó de manera silenciosa y miró que el mocoso que Jimin había salvado antes se escondía detrás de un jarrón.

—¿De quién te escondes? —eso era más que obvio, pero de todas formas quería ver como reaccionaba el infante, quien dio un pequeño chillido y miró hacia arriba notando la mirada azul.

—¿Y-Yo? De nadie... —Bohyun solo quería buscar a su hermana, pues cuando despertó solo en ese enorme y grandioso nido lo primero que vino a su mente fue eso.

Y aunque quería seguir allí acostado debía de buscar a la albina, para no molestar a nadie se bajó de la cama y salió por los pasillos solo, tampoco era como si supiera si alguien lo iba a querer ayudar y el omega de cabellos negros no estaba por ninguna parte cuando despertó, así que estaba solo.

—Eres pésimo para las mentiras, ¿buscas a la otra mocosa no? —Jungkook preguntó sin más mirando como una mueca de disgusto se pintaba en el pequeño rostro.

—Se llama Haesun, viejo —murmuró el menor con obvia molestia, su pequeño ceño también estaba fruncido.

—¿Cómo me llamaste enano? —el rubio se cruzó de brazos y miró al cachorro desde arriba, quizás un recordatorio de poder lo haría ver en qué posición estaba de verdad.

—¿Qué, la edad ya te afecta la audición? Viejo —Bohyun contestó haciendo énfasis en la última palabra, eso hizo que el mayor frunciera más el ceño y su aroma de alfa se volviera un poco pesado, aún sabiendo de quién se trataba, Bohyun no se dejaría ganar por ese mamut.

—Tú mocoso de... —el alfa quería soltar unas cuantas de sus mejores groserías al pequeño demonio, pero recordó que estaba tratando con solo un mocoso de unos ocho años—. ¿Qué no estabas buscando a tu mocosa hermana?

¿Por qué debería de enojarse y perder su postura ante esa hormiga?

Eso fue lo que pensó el rubio soltando un suspiro y comenzando a caminar hacia el lugar en donde estaba Chiyo, ya después le iba a preguntar a su omega lo que quería hacer con esos cachorros, aunque también debía de hacer algo con esos pequeños de la ciudad, no quería que algo como lo que pasó ese día volviera a pasar.

—Vamos enano, no te quedes atrás o te pierdes de nuevo —el alfa dijo haciendo que el menor corriera en su dirección, aún así se había quedado a una distancia prudente atrás—. ¿Cuánto tiempo llevan solos?

Jungkook preguntó tratando de no ser muy brusco, sabía que ese tema podía ser delicado para el infante, aún así tenía cierta curiosidad que quería saciar.

Por su parte, Bohyun se sorprendió por la pregunta del mayor y no pudo evitar que una mueca de tristeza se viera en su rostro, ya casi no recordaba el rostro de su madre.

—Desde hace mucho, Haesun ni siquiera recuerda a nuestros padres —murmuró sabiendo que era verdad, antes habían estado en un orfanato, pero ese lugar era igual que estar en las calles, o peor.

Ya que en ese lugar solo trabajaban y casi no comían, en cambio en las calles solo tenían que robar algo de comida para pasar el día y tratar de no ser atrapados por los vendedores, quizás de verdad era mejor que el orfanato.

—Ya veo —el rey no iba a preguntar más, pero al menos sabía que ese pequeño era alguien fuerte y determinado, sería un gran guerrero de adulto.

Al llegar a la puerta que conducía a la habitación que era de Chiyo, Jungkook la abrió, el pequeño de cabellos negros corrió hacia donde estaba su hermana en cuanto la pudo ver, ella seguía dormida sobre una de las camillas.

El rubio pudo ver como una ligera sonrisa se pintaba en el rostro del cachorro antes de subirse a la cama y abrazar a su hermana, ronroneaba de manera baja pero feliz. Jungkook no pudo evitar sonreír también, se dio la vuelta y salió encontrándose en el camino a la anciana.

—El pequeño se reunió con su hermana, cuídalos bien —ordenó pasando de ella y dirigiéndose a su propia habitación, lo más que quería ahora era besar a su omega y meter su nariz en su cuello.

Jungkook caminó a pasos largos hasta llegar a su destino, abrió la puerta de su habitación y entró haciendo el menor ruido posible, sabía que el pelinegro estaba dormido desde hace rato, una de las sirvientas ya se lo había informado.

El alfa se acercó sacando sus botas, sus collares y su capa, solo quedó en sus pantalones sin cinturón antes de meterse entre las suaves mantas de la cama. Se deslizó lentamente hasta llegar al lado del omega durmiente.

—Jimin —susurró aún si sabía que posiblemente no podría ser escuchado, llevó una de sus manos por las mejillas y las acarició con suavidad—. Mi Jimin.

El menor apretó los labios soltando uno que otro suspiro antes de relajar su expresión de nuevo. Jungkook rió suavemente al ver como su esposo babeaba despreocupado mientras dormía plácidamente.

Simplemente se apegó al omega para tener su propia fuente de calor y aroma delicioso, Jungkook solo dejó que el sueño lo envolviera.

✧✦✧

Cuando el sol salió, el omega fue el primero en abrir los ojos, se sentía caluroso, su cuerpo ardía como si tuviera algún tipo de brasa en su interior calentándolo desde adentro.

Lo primero que hizo fue quitar ese brazo que le rodeaba la cintura, la desesperación por quitar ese calor de su cuerpo hizo que las sábanas fueran quitadas también de su cuerpo, aún así seguía caliente.

—K-Kook... —Jimin sintió su nariz picar y el aroma del alfa no lo ponía mejor, al contrario, solo parecía aumentar sus síntomas.

¿Se estaba enfermando? ¿Era otra de esas cosas extrañas de ese mundo?

No tenía ni idea, pero la fiebre en su cuerpo lo hacía jadear, sin embargo, ese aroma, tenía que buscar el origen de ese olor que le hacía doler el vientre, también podía sentir como sus muslos se volvían pegajosos en cuestión de segundos.

Quitó las mantas del alfa y olfateó dándose cuenta de donde era el origen de ese delicioso aroma.